jueves, 28 de enero de 2010

Frío

Sonrisas congeladas, y yo, yo que no quiero rendirme.
Hoy siento menos que ayer.
Te miro y vuelvo a empezar.
Empiezo varias veces al día.
Es que aún siento tus dedos que se engancharan a mi mano por la mañana, o el día anterior.
Alguna pieza del motor de las emociones se ha roto.
No la puedo arreglar porque sus trozos no encajan.
Es como si hubieran mutado.
Obstinada en no perder eso que nos vuelve impulsivos, y sin embargo, agotada por el miedo de seguir siéndolo.
Que lugar frío puede llegar a ser el mundo...

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