Entre Navidad y Reyes le cayó el
primer diente de leche.
De todas formas mi economía ya estaba
condenada a empezar el año hecha un desastre...
A nuestra casa no viene el ratoncito
Pérez, pero si la fada dos dentes(entre
ratones y hadas prefiero el romanticismo de la hada portuguesa).
Su
cara de felicidad después de leer la nota y descubrir el tiovivo
bajo la cama fue todo un poema.
Un
poema que se encargó de mandar a tomar por saco la factura del agua,
el billete de metro que subió otra vez, la silla nueva de Laura que
necesita mi bicicleta, ese viaje a la nieve continuamente postergado y el
terror económico generalizado del 2012.
Y
nada...como dicen los gallegos: nunca
choveu que non escampara.
Gracias
hada.
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