jueves, 23 de julio de 2009

Ciegos


Empiezo a creer, que la maldad, no existe.
Existe ceguera e ignorancia.
Nuestras heridas nos impiden vislumbrar las heridas del otro.
Y, supongo, que la ausencia y desconocimiento de algunas emociones, provocan, la misma ceguera. Aunque esta, ya esté tocando la raya de los sicópatas.
Pinochet, Hitler, Franco, Mussolini, y muchos, muchos otros, poseían ausencia de remordimiento y conciencia de bien y mal.
O sea, sicópatas.
Lo común en los mortales, es el no entender al otro.
Y no solo porque nadie se da a conocer por completo. También porque el punto débil de cada individuo, y la forma como lo ha trabajado, tiene distintos colores.

A lo mejor somos todos daltónicos...

Persigo la comprensión, aunque sepa, que tal como la entiendo, probablemente no existe.
Como Peter Pan, persiguiendo a su sombra.
Con la diferencia, que yo, he crecido.
Y menos mal.

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