viernes, 4 de diciembre de 2009

Diciembre, que no es Noviembre, pero da igual.

Las hojas de los árboles siguen en su caída vertiginosa y desenfrenada.
En el camino para el colegio, Laura me pregunta porque caen las hojas.
Dudo entre la ley de la gravedad y la explicación caducifolia.
Hago una mueca mental y me acuerdo del padre de Calvin(Calvin & Hobbes).

A veces, la realidad es aburrida.
- Porque se cansan de estar ahí arriba y se tiran en el suelo.
No cola.

Me mira con la misma expresión con que me escuchó contarle quien es Papá Noel y los renos voladores.
- Bueno, cuando estás cansada no te gusta tirarte boca arriba?
- Si, pero yo soy una persona y las hojas no se cansan porque no juegan, ni van a la piscina, no?
Me rindo: Vale, se despegan de las ramas porque el frío les hace perder fuerza.
Lo acepta. Y la quiero un poco más.
La dejo en el colegio y le digo al oído: te quiero tanto como todas las hojas de la ciudad.
- Yo más, me regala una sonrisa provocadora.

Cojo la bici.
Que frío hace dentro de mi.
Me siento una hoja.
No quiero pensar.
Pedaleo.

1 comentario:

  1. en realidad algunas se caen sin querer, otras se lanzan a buscarlas, pero si éstas fracasan, entonces otras tienen que ir a rescatarlas...al final acaban todas en el suelo por diferentes razones cada una...

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