miércoles, 24 de febrero de 2010

"All we know"


Un viento furioso me empuja por las puertas entreabiertas de un bar.
Nina Simone llora su amor perdido por la radio, pero el primer sol de Primavera tímida ya me calentó los huesos y las heridas invisibles del desamor.

Palabras redondas que se unen hasta formar un único nudo:
El paro, la crisis, el euro.
Quiero irme y no puedo.
El hecho de no saber adonde no minimiza la intensidad del deseo.
Y no es que no quiera a Barcelona. La quiero.
Incluso bajo el sol impiedoso de los meses calientes, la invasión turística y el pretencioso tique de “ciudad fashion”, la quiero.
La quiero más por la mañana, cuando todo se va despertando.
La quiero un poco más por la noche, cuando algunos duermen y yo me zambullo entre amigos y alcohol.
La quiero.
Pero tal como con un amante, no basta con quererle y suponer que me quiere.
Tiene que hacerme sentir viva.

Vuelve Nina Simone: “For all we know, we may never meet again”...
Pero ahora no siento nada, solamente escucho su voz sin pudor.

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