Me miras desde tu caja tan
perfectamente planificada, protegida, vacía, equipada de mentiras,
cobardía y arrogancia.
“Imperdoável é deixar de lutar”
como dice Jorge Palma, y lo hiciste, quizá sin darte cuenta, pero ya
no luchas, protestas acomodadamente, sin sentir, que así duele
menos.
Al final, no, no somos todos iguales, o
yo tendré muy mala hostia como se dice por ahí... (que si, la
tengo)
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