jueves, 13 de octubre de 2011

el mundo al revés

En ese momento no se sentía gris.

Cuando el mundo se daba la vuelta y la gente quedaba oscilando contra la tierra, con las sonrisas como muecas.

Sus pies se dejaban resbalar de nuevo sobre el suelo con un suave ruido de terciopelo arrugado y todo volvía a ser previsible y gris. Eterna y completamente gris.

El traía el sonido de los pasos que no bailan y el movimiento inconexo de alguien que se obliga a bailar.

No era gris, solo creía que lo era. Entonces...tal vez lo fuera.

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