sábado, 7 de enero de 2012

La soledad de los números primos



El lector que se sumerge en “la soledad de los números primos” se deja atrapar por la culpa, la soledad, la rabia y el desconcierto que sienten otros ante la vida.
Mattia caminaba apoyando primero la punta del pie y luego el talón. Intentaba ser tan silencioso como podía, de este modo todos sus actos tendrían menos responsabilidad en la lenta y desordenada desintegración del mundo.
Alice, por la noche, comía hojas de lechuga directamente de la bolsa, porque sólo sabían a agua.
Las manos de Mattia y la pierna de Alice dejan a la vista marcas, cicatrices que terminamos buscando en nosotros. Tal vez muchas sean invisibles al ojo humano, pero siempre hay alguna que lo ha cambiado todo.

Los números primos son apenas divisibles por 1 y por si mismos y se encuentran separados entre si. Son solitarios, o como diría Mattia, sospechosos.
Mattia y Alice se mimetizan con lo que los matemáticos llaman – los números primos gemelos. Un número par entre ellos los impide de estar realmente unidos, “su verdadero destino es quedarse solos”.
Quizá por ese motivo, los dos personajes intrincadamente elaborados por Paolo Giordano poseen una complicidad latente que no logran llegar a tocar, aunque si pueden intuir.
En los dos hay traumas de infancia y la conciencia de ser muy distintos de lo que los demás aparentan ser. Pero incluso compartiendo un sentimiento de exclusión/soledad, parecen ser apenas “divisibles” por ellos mismos.
Más allá de la metáfora, Giordano enseña los bastidores de las apariencias con algunos de los mecanismos que pueden llegar a confundir al observador. Él entreabre la puerta de las dudas. Hasta qué punto la realidad que percibimos es “real” si no tenemos acceso a todos los datos? Servirá de algo detectar la herida que cambia nuestra mirada? Y la soledad? La generamos nosotros mismos en impulsos sucesivos o es una herramienta más de nuestro sistema de auto-boicot?
A la polémica sobre la calidad de esta obra, sólo puedo añadir que un libro que genera preguntas y dudas sobre nosotros no es un buen libro, es más que eso, es un libro necesario para que podamos dividirnos más que por nosotros mismos.

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