domingo, 3 de abril de 2011

Déjà vu

Su mirada temblaba entre el asfalto y el pantalón azul del hombre a su lado.Rodeado de turistas y morbo.Su carga suelta durante la huida parecía una instalación de arte.

Gafas de sol de marca pirata se esparcían por el asfalto, delante de coches y conductores que ya habían dejado de esperar que el semáforo se pusiera en verde, de echo ya estaba en verde.

De rodillas en el suelo, las muñecas esposadas detrás de la espalda, como lo sabe cualquier seguidor de pacotilla del “Hill Street Blues”.

No era un criminal, era un negro, sin documentación legal y como tal sin trabajo, que ha escogido, como forma de sobrevivir vender gafas Christian Dior de 4€ a los turistas que creen que también eso es “very tipical”.

En un mundo en que todo es comerciable, este hombre es esposado como un ladrón por intentar vivir sin robar. Mientras tanto, Berlusconi desayunará en el yate de no-se-sabe-que-ladrón rodeado de Rubís, antes de empezar su practica diaria de robar toda una nación...

¿Venga hombre,pero que importa todo esto?Si Italia es otro país y el negro ese ya se las apañará...

Ya... Déjà vu, o sea, algo falla en los cerebros...

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