martes, 12 de octubre de 2010

con viento

El viento que cruza las calles es demasiado poderoso como para resistirle tras las ventanas.

Así que salgo sin ruedas y camino pisando hojas de otoño.

El viento me barre la memoria y hace los polvos del deseo y sueño esparcirse por la realidad, por este mismo instante que pasa, hasta que no sé distinguir entre lo que vivo, todo lo que viví, toda la gente que ayudó a construirme y a quien ayudé a construirse.

Los lugares, músicas, voces, colores, emociones, palabras, sorpresas, olores, la lucha, ese otro a que llaman amor, el frío y el calor, los amigos muertos, los increíblemente vivos.

Paso por esa plaza para comprobar si aún duele, y si, duele, pero hoy el viento me recuerda quien soy. Y me quiero un poco más.

Por todas las huellas que los demás dejaran en mi y yo dejé en ellos, por toda la fuerza y amor que llevo dentro y que definitivamente sirven para algo y no quiero volver a avergonzarme de ello. No por sentir, por decirlo, por ser impulsiva, perder el orgullo, ser rechazada y por ser marciana.

1 comentario:

  1. me siento en una situacion parecida...
    intentando dar un giro a mi vida...tomar una decision muy dolorosa...y por otro lado necesaria.....
    ay...que complicado es aveces vivir...

    un abrazo

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